El presidente de Estados Unidos, Donald Trump ordenó ayer movilizar a la Guardia Nacional a la frontera con México para frenar la entrada ilegal de inmigrantes.

La medida fue anunciada tras el rechazo de Trump a una caravana de migrantes centroamericanos en territorio mexicano que se proponía llegar a la frontera con Estados Unidos, objetivo que el grupo abandonó ayer.

“La situación en la frontera ha alcanzado ya un punto de crisis. La ilegalidad que persiste en nuestra frontera del sur es fundamentalmente incompatible con la seguridad y la soberanía del pueblo estadounidense”, dijo Trump en el memorando presidencial que firmó ayer.

“Mi administración no tiene más opciones que actuar”, señaló, ordenando también a sus funcionarios entregar en 30 días un informe con posibles medidas suplementarias “para proteger la frontera sur”.

En la Casa Blanca, la secretaria de Seguridad Interna, Kirstjen Nielsen, había anunciado anteriormente que Trump ordenó al Pentágono y a Seguridad Nacional que trabajaran con los gobernadores de los estados fronterizos para definir el despliegue de las fuerzas de la Guardia Nacional y ayudar a los agentes de las patrullas fronterizas.

Nielsen afirmó haber estado “en contacto con mis contrapartes en México” y aseguró que esos interlocutores “entienden el deseo de nuestra administración, así como la de ellos, para controlar el ingreso ilegal al país”.



Según la responsable, el ingreso ilegal de un millar de indocumentados por día -300.000 al año- es un nivel “inaceptable” para Estados Unidos.

En la víspera, el presidente mencionó, en una rueda de prensa, la posibilidad de utilizar el Ejército en la frontera para impedirlo.

La orden de Trump llega luego de que recientes datos oficiales estadounidenses mostraran que la inmigración ilegal ha aumentado nuevamente tras haber caído durante el primer año de gobierno del republicano.

Según cifras oficiales, las detenciones en las fronteras -un indicador del número total de pasantes- en febrero de 2017 fueron 23.555, mucho menos de las 38.000 de un año antes, y llegaron a su punto más bajo en abril de 2017 cuando se cifraron en 15.766, menos de un tercio de las registradas en el mismo mes del año anterior.

Sin embargo, un año después, los datos sugieren que el freno duró apenas unos siete meses y que los inmigrantes indocumentados están llegando a Estados Unidos a niveles similares a los de 2014-2016.